Rachel toma siempre el tren de las 8.04 hrs. Cada mañana lo mismo:
el mismo paisaje, las mismas casas… y la misma parada en la señal
roja. Son solo unos segundos, pero le permiten observar a una
pareja desayunando tranquilamente en su terraza. Siente que los
conoce y se inventa unos nombres para ellos: Jess y Jason. Su vida
es perfecta, no como la suya. Pero un día ve algo. Sucede muy
deprisa, pero es suficiente. ¿Y si Jess y Jason no son tan felices
como ella cree? ¿Y si nada es lo que parece?